Sob o meu olhar

Aqui neste blog, vocês poderão ver, ler e comentar a respeito do que escreverei. Por meio deste meu olhar sincero, tentarei colocar artigos e dar minha opinião sobre questões atuais como politica, problemas sociais, educação, meio ambiente, temas que tem agitado o mundo como um todo. Também escreverei poesias e colocarei poemas de grande poetas que me afloram a sensibilidade, colocarei citações e frases pequenas para momentos de reflexão.
É desta forma que vou expor a vocês o meu olhar voltado para o mundo.

31/03/2012

Un día de reflexión ciudadana


Página/12
Por Mirta Mántaras 
La soberanía es uno de los elementos constitutivos de una nación y la lucha por recuperar un territorio usurpado por una potencia extranjera es un derecho continuado, pues el fracaso de una negociación diplomática no importa que se consolide la usurpación, por el contrario, es un reclamo más que sólo cesará con el restablecimiento de los derechos soberanos.
El Reino Unido de Gran Bretaña quiere utilizar la “aventura” militar de la dictadura genocida como una beligerancia donde el que ganó la batalla adquiere derechos de vencedor como si se tratara de tierras vacantes o mostrencas, donde no había derechos previos, habitantes argentinos y bienes del Estado.
Esta posición merece ser calificada de “aventura” diplomática, pues contradice completamente al derecho internacional.
Por eso la postura Argentina –sostenida también por los países hermanos– importa una invocación al respeto de los derechos contra las acciones bélicas que desplazan violentamente a los nacionales para intentar apropiarse de sus tierras y riquezas naturales. La elección del gobierno argentino es la vía pacífica, la de los acuerdos diplomáticos y la denuncia del incumplimiento unilateral de Gran Bretaña respecto de la resolución de las Naciones Unidas sobre la necesidad de llegar a acuerdos.
En ese marco, la Argentina ha destacado que la guerra de Malvinas de 1982 fue una decisión del tándem cívico militar que instaló el terrorismo de Estado en 1976 y por ello, después del proceso a la junta militar, se juzgó a los responsables de la conducción de la guerra de Malvinas mediante los tribunales militares y civiles de la Nación.
Es decir que con independencia de la vocación del Estado argentino de seguir manteniendo su derecho a reclamar la restitución del archipiélago, ha cuestionado internamente el método bélico utilizado por quienes sin legitimidad ni legalidad alguna decidieron ese combate.
El general Benjamín Rattenbach fue el presidente de la Comisión Caercas (Comisión de Análisis y Evaluación política y militar de las Responsabilildades en el Conflicto del Atlántico Sur) y autor del informe final con sus conclusiones que entregó al dictador Reynaldo Bignone. El informe se filtró y fue publicado, quizá con algunas inexactitudes.
En base al trabajo de la Caercas, el 15 de mayo de 1986 el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas dictó sentencia condenando a los jefes de las tres armas con las siguientes penas: a Leopoldo Fortunato Galtieri, 12 años de reclusión; a Jorge Isaac Anaya, 14 años de reclusión, y a Basilio Lami Dozo, ocho años de reclusión, todos con accesoria de destitución. No era una gesta, sino delitos castigados con prisión y expulsión del seno de las Fuerzas Armadas.
En la revisión obligatoria de la sentencia castrense por los tribunales constitucionales, el Poder Judicial de la Nación ratificó las condenas y unificó las penas en 12 años a todos los imputados, con accesoria de destitución. El fundamento coincidió con el informe del general Ra-ttenbach acerca de que la guerra fue una verdadera aventura militar.
Desde el inicio del conflicto intervino el entonces teniente de navío Alfredo Ignacio Astiz, quien se rindió y fue capturado como prisionero de guerra y llevado a Gran Bretaña. Ello motivó que su imagen saliera en los diarios y se confirmara definitivamente que era el mismo que se hacía pasar por familiar de desaparecido con el nombre Gustavo Niño y que entregara a las Madres de Plaza de Mayo, a las monjas francesas y a numerosos familiares que se reunían en la Iglesia Santa Cruz para juntar fondos y sacar una solicitada. Doce personas fueron llevadas a la ESMA, torturadas y desaparecidas. Ahora está condenado por delitos de lesa humanidad.
Falta anular los indultos que en diciembre de 1990 Carlos Saúl Menem otorgó como premio a los condenados por la guerra de Malvinas. Menem fue el continuador de los genocidas, porque concretó los dos “objetivos del Proceso” que les quedaron pendientes: el achicamiento del Estado y la privatización de las empresas públicas, con lo que le asestó un golpe de gracia a la institucionalidad argentina.
La conmemoración (hacer memoria) del 2 de abril convoca a un día de reflexión ciudadana para repudiar el genocidio y para valorar el modo pacífico de encarar con firmeza la defensa de la soberanía nacional y de los recursos estratégicos.

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