Hace décadas que el peruano Mario Vargas Llosa es una figura imprescindible dentro de la literatura mundial. En los años “�60, con libros como “La ciudad y los perros” o “Conversación en La Catedral”, logró hacerse un nombre y desde entonces su relevancia no dejó de aumentar. Claro que todo se potenció en 2010, cuando fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.
A partir de ese momento, cada paso de Vargas Llosa comenzó a ser seguido con expectativa e interés. El escritor, conciente de su popularidad, aprovecha para difundir sus pensamientos y propuestas y para concretar sus anhelos personales. Esta semana, más precisamente el pasado miércoles, Vargas Llosa cumplió 76 años y lo festejó con un gran anuncio: la donación de su biblioteca personal a la ciudad de Arequipa, donde nació en 1936.
Para dimensionar la importancia de la novedad, sólo debemos prestar atención a la cantidad de ejemplares que forman parte de esta biblioteca: más de 30.000Vargas Llosa indicó que los libros están distribuidos entre Lima,Madrid y París, por lo que serán enviados a Arequipa en varias etapas.
La idea es que la biblioteca forme parte de la casa-museo del autor que, en la actualidad, se construye en el mismo sitio donde nació, según informa GeneracciónVargas Llosa comentó en declaraciones publicadas por Univisión que, como aún “no piensa morir”, la cantidad de libros seguirá aumentando.
Vargas Llosa aprovechó su visita a Arequipa para recorrer la zona y participar en diversos actos. De esta forma, el Premio Nobel fue homenajeado en elCentro de Desarrollo Humano Integral, situado en el distrito de Yura, en un acto donde también estuvo presente el famoso chef peruano Gastón Acurio.
En un día tan especial como su cumpleaños, y a casi dos años de ser reconocido con el premio más trascendente de la literatura mundial, Vargas Llosa quiso manifestar que sigue apegado a su tierra natal. Más allá de la fama, la riqueza y hasta su nacionalización como español, el autor demostró su compromiso con Arequipa.