L
os seres humanos somos en esencia sociales y políticos. Buscamos la forma de vivir en grupo y de establecer cierto orden a fin de tener una vida tranquila y estable; por esta razón intentar separar dos actividades netamente humanas, el arte y la política es una tarea anodina y que no lleva a ninguna parte.

Bases de la política
En primer lugar, antes de establecer comparaciones, aclaremos qué es la política y cuál es la finalidad de que ella exista, su razón de ser.
La política es una actividad que tiene como fin tomar decisiones que afectan a la vida en sociedad y se encuentran encuadradas en un entorno ideológico marcado, como lo es por ejemplo la democracia o el socialismo.
Desde mucho antes que pudiera ser denominada como tal, la política es, desde que en el neolítico el ser humano comprendió que debía organizar la vida estableciendo ciertas jerarquías para preservar el orden dentro del grupo. Sin embargo conseguir unanimidad en la forma en la que deben manejarse las relaciones sociales y las reglas que los integrantes del grupo deban seguir a rajatabla no es una tarea sencilla y por eso, desde que Aristóteles puso en palabras la definición del término en “La república”, no hemos dejado de escuchar acepciones y teorías que justifiquen una u otra posición política.
Como buena ciencia social, la política puede explicarse claramente pero a la hora de ser llevada a la práctica deja en evidencia ciertos baches, los cuales hacen tambalear todas las teorías.
Herta Müller en su libro “Hambre y seda”, al que ya he citado en otras ocasiones pues me parece un librazo, explica minuciosamente lo que significó para Rumanía el socialismo. Con el gobierno de facto de Nicolae Ceauşescu, el pueblo se vio dividido en dos grandes grupos quienes seguían de cerca al dictador y cumplían sus órdenes, recibiendo a cambio cientos de favores y acomodaciones sociales, y los que tenían que padecer los dictámenes, el pueblo que de pronto se vio empobrecido cultural y económicamente. Müller dice que los errores de las grandes ideologías sólo hay una forma de subsanarlos, lastimando al pueblo.
El arte de escribir
Según lo dijo Tolstói el arte empieza en el momento en el que una persona expresa un sentimiento utilizando para ello elementos de su entorno y con el objetivo de unificar en ese sentimiento a otras personas. De este modo, la literatura sería un canal imprescindible para comunicarse con los que nos rodean, permitiendo transmitir ideas, información y actitudes de una persona hacia otra; podemos decir, entonces que la literatura es una actividad cuyo objetivo fundamental es unir a las personas en actitudes (sentimientos pensados) comunes.
La literatura es arte y en todo arte hay política porque todos los seres humanos, aún quienes aseguren no tenerlo, contamos con una línea de pensamiento y con determinada forma de sentir. Aquel que asegure no tenerlo podría tener un punto de vista político agnóstico o cualquiera de sus variantes.
El ser humano es un ser político y por tanto vive haciendo política, porque hace política un padre al retar a su niño por comer con la boca abierta al igual que un profesor cuando manifiesta delante de la clase que es necesario ser tolerante. Y también, claro está hace política un gobernador al presentar su candidatura para un cargo. Del mismo modo los escritores hacemos política, porque somos humanos y no podemos escapar de esa necesidad humana de expresar lo que somos, lo que creemos justo, lo que consideramos debe ser atendido.
Entre política y literatura
Es un tanto absurdo intentar distinguir entre literatura y política ya que la primera es un instrumento que utilizan los pueblos para expresar su política, para manifestar de qué lado se encuentran y denunciar aquello que consideran injusto. Por esta razón desde el comienzo de las letras, cuando se concibieron como tal, la literatura ha sido una herramienta irrevocable para expresar los sentires de los pueblos, en definitiva de hacer o manifestar la política.
Es necesario aclarar que la literatura no se relaciona sólo con la política en los libros que significan un manifiesto, también se encuentra presente en mínimos gestos de humanidad, de protesta contra una injusticia o simplemente en expresiones de sentimientos o ideas personales, ahí también la literatura roza la política. Porque política es todo aquello que se encuentra relacionado con las ideas, con las formas en las que los individuos enfrentan la vida, tanto desde un punto de vista individual como grupal. Un relato de ficción, donde apenas si se menciona la realidad pero pueden notarse claramente las ideas de quien escribe, o donde alguno de los personajes expone su forma de pensar o sentir, es un relato que besa la política. Lo que también puede ser visto como, la política utiliza la literatura (ese relato) para manifestarse.
El individuo y las ideologías
Pero algo parece no contemplar el ser humano al intentar englobar a grandes grupos en una ideología, la individualidad. Todos somos diferentes, por eso las ideologías políticas poco tienen que hacer con los grupos humanos, porque pensamos la vida de modos distintos o tenemos formas diversas de aplicar nuestras teorías a la realidad.
Las ideologías políticas terminan colapsando porque no existen dos humanos que entiendan una cosa de la misma exacta manera, lo malo es pensar que esto es un problema. Esta es la característica que ofrece la diversidad y uno de los mayores tesoros que tenemos como especie, es inútil intentar ocultarlo o matarlo en ideologías fundamentalistas o universales. Me quedo con otra frase de Müller que puede servir para iluminar este párrafo: