Sob o meu olhar

Aqui neste blog, vocês poderão ver, ler e comentar a respeito do que escreverei. Por meio deste meu olhar sincero, tentarei colocar artigos e dar minha opinião sobre questões atuais como politica, problemas sociais, educação, meio ambiente, temas que tem agitado o mundo como um todo. Também escreverei poesias e colocarei poemas de grande poetas que me afloram a sensibilidade, colocarei citações e frases pequenas para momentos de reflexão.
É desta forma que vou expor a vocês o meu olhar voltado para o mundo.

20/10/2012

La reelección de Chávez Un triunfo que no deja de abrir interrogantes hacia el futuro

Por José Luis Rojo
Socialismo o Barbarie, periódico, 18/10/2012


Hugo Chávez fue reelecto el domingo pasado a la presidencia de Venezuela por seis años más. En realidad, todos los analistas serios daban por descontado este escenario, aunque señalando que el chavismo saldría algo debilitado electoralmente, cosa que ocurrió.
Sólo papanatas reaccionarios como el gordo Lanata o diputados gorilas como la Bullrich o Pinedo, apostaron todo al triunfo de Capriles; y así les fue. El primero, pasó un verdadero papelón televisivo cuando anunciaba extraoficialmente por su Twiter "el triunfo irreversible de Capriles por 500.000 votos", sólo para terminar después tirando los papeles al piso al son de "la concha de la lora" al final de su programa (como fue captado por una cámara independiente).

Cuando los gorilas salen derrotados

En nuestras páginas ya habíamos señalado algo obvio: el impacto regional –e, incluso, a otro nivel, internacional– que tendrían las elecciones venezolanas. Esto era así porque que el resultado en un sentido u otro, no dejaría de tener consecuencias sobre la dinámica más de conjunto de la región.

Porque el hecho es que no estaba en juego una mera elección presidencial más. Lo que estaba planteado es si esa elección reflejaría –aun en el distorsionado terreno de la misma–, un cambio más global en las determinaciones del ciclo político o no. 

El hecho importante es que el triunfo de Chávez por algo más de un millón de votos, vino a confirmar que, en definitiva, el ciclo regional del “progresismo”, con las relaciones de fuerzas entre las clases que supone y refleja, no está terminado. Incluso, en el mismo sentido han ido las recientes elecciones municipales en el Brasil, donde el PT volvió a alzarse con un triunfo, más allá del carácter neoliberal del propio gobierno petista, y de que estemos hablando, por ahora, sólo de la primera vuelta de esas elecciones. 

Lo importante regionalmente es que una victoria de Capriles hubiera significado el toque a rebato para las oposiciones patronales gorilas, que están al acecho para poner fin de este tipo de gobiernos nuscando una gestión capitalista más “normal”; es decir, absolutamente neoliberal.

Malas noticias por ahora para ellos: las gestiones capitalistas "anormales" continúan en Sudamérica. Es, por un lado, el subproducto o el tributo a una relaciones de fuerzas regionales que aparecen "adormecidas" pero que no han sido no invertidas: ¡nadie quiere volver a los malditos años ’90! Por otro lado, está el hecho de que la crisis económica mundial ha puesto en cuestión ese capitalismo neoliberal "puro y duro", al que las grandes masas le huyen como la peste.

Es por eso que, al explicar las razones de su voto por Chávez, la gente da un lugar de privilegio a la “misiones” (es decir, a los programas sociales y “estatistas” que el neoliberalismo abomina). También, sintomáticamente, alude a la "politización" que el chavismo ha significado en la sociedad venezolana. 

El chavismo gana... pero da muestras de debilitamiento

Pero aproximémonos un poco más a los resultados electorales propiamente dichos. La cuestión es la siguiente: Chavez ganó, pero mostró síntomas de debilitamiento en relación a las anteriores elecciones presidenciales del 2006. En aquella oportunidad había obtenido algo en torno al 65% de los votos, mientras que el candidato escuálido-gorila opositor, Rosales, alcanzaba solo el 35%. Se marcaba así una diferencia muy sustancial

Ahora, las cosas fueron diferentes. Chavez obtuvo la nada despreciable cifra del 55%, lo que no dejó de significar un triunfo categórico. Sin embargo, Capriles con su 44% fue derrotado pero quedo instalado como alternativa política para los próximos años.

Ampliemos la lupa aquí. Al votar más del 80% del padrón (cifra altísima para cualquier parámetro internacional, más aun teniendo en cuenta que el voto es optativo), el número absoluto de votantes se incrementó de manera substancial. Pero de estos casi tres millones más de votantes, el chavismo obtuvo sólo 500.000 más que en el 2006, ¡mientras que Capriles se alzó con 2 millones de votos más que Rosales en dicho año! 

Esto se agrava observando la elección desde un ángulo "cualitativo": Hay dos hechos muy importantes y peligrosos: un porcentaje elevadísimo del nuevo voto joven fue a parar al candidato opositor; además, cosechó votos de considerables franjas obreras y de trabajadores, descontentos por la inflación, el atraso salarial y la falta de actualización de los convenios laborales en los últimos años.

El propio Chávez dio muestras de comprender el debilitamiento que estaba sufriendo su campaña cuando salió a reconocer "errores" en su gestión. Incluso el clima "psicológico" del chavismo en las últimas semanas fue acumulando inocultables elementos de "ansiedad" como producto de la escalada de Capriles en tramo final de la campaña.

Esta escalada no le alcanzó para ganar, pero no dejó de marcar el debilitamiento que estamos señalando, amén de abrir fuertes interrogantes hacia el futuro.

¿Hacia la izquierda o hacia la derecha?

En lo inmediato, el hecho es que Chavez ganó. Eso no ha dejado de tener impacto incluso en la Argentina, dónde todo el gorilaje se aprestaba a pasar a la ofensiva contra Cristina. La crisis política que el gobierno venía sufriendo en las últimas semanas (cacerolazo, crisis de los gendarmes, etcétera) tuvieron una suerte de bálsamo con el triunfo de Chávez, incluso volviendo a aparecer tibiamente voces que defienden la re-re de Cristina. 

Sin embargo, nada de esto debería ocultar que en el propio chavismo se está abriendo un debate acerca de las perspectivas. La gestión populista de la Venezuela petrolera, en condiciones de precios de hidrocarburo por las nubes, le permitieron poner en pie una serie de "misiones" y planes sociales que son las que, en definitiva, los explotados y oprimidos venezolanos defendieron con su voto.

Pero el problema es que el deterioro de una gestión de 14 años no puede ser afrontado con inmovilismo: el chavismo debe ir para algún lado, en la búsqueda de resolver los problemas acumulados. 

El diagnóstico "estructural" es sencillo: el país sigue siendo monoproductor de petroleo, vive de la exportación del mismo, de la “renta petrolera”, e importa prácticamente todo lo demás. 

Bajo Chavez no se ha avanzado un paso en la industrialización. Y, además, a falta de un compromiso mayor de su propia burguesía, el chavismo ha "reemplazado" a la patronal en la gestión de los asuntos de una especie de capitalismo de Estado. Esto, de la mano de una burocracia "rojo-rojita" y de los crecientes negocios de la "boliburguesía" (la burguesía bolivariana) sólo puede acumular creciente ineficacia, desastres y saqueo al estado

De ahí que no sean casuales los cortes de luz sistemáticos y generalizados o tragedias como los muertos en accidentes carcelarios o el estallido de la principal refinería.

El problema de fondo es el de siempre del nacionalismo burgués. Por un lado, se niega a avanzar en apoyarse en la clase obrera, expropiando al capitalismo y dando curso a un verdadero proceso de transición al socialismo, el único que podría industrializar realmente al país

Por otro lado, con el grueso de la burguesía en la oposición (que además no tiene otro interés que sus negocios entrelazados con los del capitalismo mundial, que hacen de Venezuela un país rentista y nada más), el chavismo se apoya en esas fracciones burocráticas y burguesas que administran el estado como un botín en su propio beneficio. Por eso, inevitablemente, dan muestras de una ineficiencia y corrupción no sólo creciente, sino irresoluble. 

En estas condiciones, es muy improbable un giro a izquierda del chavismo. Amén de reafirmar el control bonapartista del poder (Chavez puso candidatos a gobernadores pasando por arriba del PSUV, casi todos de origen militar), lo más probable es una suerte de giro hacia una "sintonía fina", con algún tipo de“racionalización económica” que no beneficiaró en nada a los sectores más orgánicas de la clase obrera venezolana.

En Venezuela, como en toda América Latina, el peor favor que se les puede hacer a las clases trabajadoras es colocarse como serviciales propagandistas acríticos del chavismo, tal como hacen corrientes como el Frente Popular Dario Santillan, el MST, y tantas otras. La tarea es trabajar por abrir una vía independiente,socialista revolucionaria, sobre la inevitable crisis de mediano plazo del chavismo, sin hablar aquí de cómo podrían acelerarse los tiempos si Chavez vuelve a dar síntomas de enfermedad...

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