¿Por qué la creo oportuna? Pues porque me parece que define de forma patente este oficio al que muchos entregamos toda nuestra vida, la escritura.
Comenzamos a escribir sin saber bien por qué, como una salida imprescindible a nuestras incomprensiones del mundo, una vía de escape para el sufrimiento o la alegría, para poner en palabra los sentimientos más profundos; pero un día descubrimos que lo único a lo que le hemos dedicado realmente tiempo es a escribir, por ende, no podemos ya separar nuestra esencia de la escritura.
Entonces comenzamos a transitar caminos que nos lleven a una experiencia y un conocimiento mayor del arte.
Sin embargo, ¿cuántos de nosotros se define como escritor? ésta es la eterna pregunta de los apasionados de las letras. La misma se responde con otras tales como ¿Quién es el que tiene la capacidad para decidir qué persona puede ser considerada un escritor y cuáles no? ¿son las editoriales, la crítica literaria, los profesores, el público?
Éste no intenta ser un artículo que responda esta duda, sino más bien que nos ayude a entender que, más allá del mercado de los libros, la escritura es un arte y que sólo puede definirse escritores aquellos que realmente abrazan esta vocación de forma convincente.
Razones para escribir
En un artículo publicado recientemente en la Revista Ñ intentaron abordar el tema y definir cuándo alguien puede considerarse a sí mismo un escritor de verdad y por qué. Tomaré algunas cuestiones interesantes de dicho artículo para intentar profundizar un poco más sobre el tema.
Existen muchas razones por empezar a escribir, algunas de ellas son: vocación, oficio o deseo de figurar; muchas personas se proponen hacerlo y lo consiguen, pero ¿cuántas de ellas se convierten en escritores?
Cada año las editoriales publican toneladas de títulos, con contratapas que aparentan obras prometedoras y de alta calidad; sin embargo, si nos detenemos a acercarnos a lo que de verdad existe en el mercado, nos daremos cuenta de que ni siquiera la mitad de todo lo que se publica es realmente de calidad.
Autores que no se sentían escritores
Dependiendo de los parámetros utilizados podríamos responder de una forma u otra la pregunta presentada. Si el parámetro fuera haber producido una cantidad inusitada de títulos , podríamos entonces decir que Juan Rulfo, por ejemplo, no fue un escritor (sólo publicó dos, “Pedro Páramo” y “El llano en llamas”) o Franz Kafka (concluyó tan sólo unas pocas obras y el resto fueron publicados por su amigo Max Brond) y ni siquiera Ernesto Sábato (publicó menos de una decena de novelas en toda su vida y quemó gran parte de sus trabajos).
Supongo que entonces, no podemos utilizar esta variable para responder a esta duda, ya que si tomamos cualquiera de las obras de alguno de estos tres autores quedaremos asombrados por su ingenio y su gran capacidad literaria.
Si buscamos responder a la pregunta tomando en cuenta la aceptación que alguna editorial haya tenido sobre la obra de un autor, podemos aclarar que Marcel Proust y Jorge Luis Borges autopublicaron sus primeras obras. Y ¿vamos a decir que no eran escritores?
Autodefinirse como escritor, sin lugar a dudas, no tiene que ver con la percepción que los demás tienen de nuestro arte sino con la que nosotros tenemos; tal es así, que muchas de las personas a las que consideramos escritoras, no lo veían de ese modo.
Por mencionar algunos: Kafka creía que simplemente le gustaba escribir pero no se catalogaba como escritor, Emily Dickinson escribía porque le apasionaba pero no habría de creerse tan buena porque no publicó nada en toda su vida y el propio Virgilio tuvo intenciones de quemar La Eneida.
En palabras del escritor Abelardo Castillo se trata de creer que se ha nacido para esto, sentirse escritor. Dice:
Abrazar las letras sin importar las etiquetas
Escribir es una de las actividades más gratificantes y hermosas. Es una forma de conectarnos con nosotros mismos y acceder a esos rincones que casi ignoramos de nuestra esencia intentando comprender más de qué va la vida.
Es cierto que a veces necesitamos saber si realmente somos escritores para, de algún modo, darnos cuenta si vamos por el buen camino; sin embargo, la respuesta a esta pregunta radica en dedicarnos y enloquecernos a tal punto por las letras que no importen demasiado las etiquetas. La pasión es la única protagonista de esta vocación que sólo puede probarse con una dedicación absoluta.
La escritora Rosa Montero dice que un verdadero escritor es aquel que necesita escribir para poder vivir, o sea, para afrontar cada día de su vida. Y agrega que un escritor ES porque no puede NO SERLO, porque la escritura forma parte de su estructura básica. Según ella, si tienes una necesidad absoluta de escribir, entonces, definitivamente, eres un escritor. Interesante ¿No lo creen?
Para terminar me quedo con una frase del autor de “Crímenes imperceptibles”, Guillermo Martínez, donde responde claramente a esta pregunta de forma absolutamente acertada.
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